Es ahora o nunca. Pese a que El Salvador se mira como la selección más débil del grupo, las posibilidades de clasificar al Mundial de fútbol 2026 pasan por jugar con hombría, disciplina táctica, fe, suerte y con deseos de hacer bien las cosas para ganar. Si no clasificamos al mundial de Norte América, podría ser que jamás volvamos a la mayor competencia del fútbol.

Para el mundial 2030 a celebrarse en Marruecos, España y Portugal, a las eliminatorias de la CONCACAF se sumarán Estados Unidos, México y Canadá, lo que prácticamente anula las posibilidades salvadoreñas, por eso la gran oportunidad y tal vez la última, comienza mañana, cuando de visita la Selecta se enfrente a Guatemala en el estado Cementos Progreso. El grupo lo completan las selecciones de Panamá y Surinam dos países que han crecido mucho futbolísticamente hablando porque han sabido seguir procesos y trabajar con orden aprovechando sus condiciones.

Se comienza con Guatemala, quizá el rival más accesible del grupo, aunque con mucha ventaja sobre El Salvador ya que tienen cuatro años de estar bajo el mando del director técnico mexicano Luis Fernando Tena. Sin embargo, no obstante, el buen desempeño chapín en la pasada Copa Oro, donde fueron semifinalistas, es factible ganarle la serie, logrando un empate o una victoria de visita. Al final en la cancha son once contra once y se requiere entrega, amor, concentración y ganas de ganar.

Históricamente Guatemala y El Salvador, a nivel de selección mayor entre amistosos y partidos oficiales, han jugado en 75 ocasiones, de las cuales la selección chapina ha ganado en 34 ocasiones, la Selecta ha triunfado 18 veces y en 23 veces han empatado. En total Guatemala ha anotado 89 goles y El Salvador 64. Las cifras no son alentadoras, pero eso solo es pasado y lo que cuenta es el presente.

A Panamá y Surinam se les ha ganado la serie histórica, pero en la actualidad ambas selecciones tienen un juego superior al salvadoreño. Los suramericanos debido a la influencia europea, especialmente de los Países Bajos, mientras que los canaleros debido a que han sabido respetar procesos y exportar a sus jugadores talentosos. Aun así, El Salvador tiene opciones para estar en un tercer mundial.

Los salvadoreños tenemos que confiar y encomendarnos a Dios para que el jueves la Selecta obtenga un buen resultado ante Guatemala (un empate o una victoria) en tierra chapina y el próximo lunes un gane ante Surinam en el Cuscatlán. El lunes tenemos que ir al estadio a apoyar a los nuestros, para que muy a pesar de sus deficiencias, nuestros seleccionados sientan el calor del aficionado que los acuerpa. Los jugadores deben correr todas las pelotas y dejar hasta la última gota de sudor en la grama.

Los seleccionados deben jugar con conciencia sabiendo que representan el anhelo de los millones de salvadoreños que sabemos de lo deficiente de nuestra liga que incluye un desorden administrativo y una visión roma de todos los involucrados, pero que soñamos con un tercer mundial. Muchos compatriotas de menos de 42 años de edad jamás han visto el nombre de El Salvador luciendo en un Mundial de fútbol.

Ahí vamos estar los salvadoreños, gritando más que cantando el Himno Nacional, ebrios de pasión y con la voz lista para elevar el grito desgarrador de gol hasta el cielo. Los aficionados salvadoreños nos merecemos ir a otro Mundial de fútbol aunque los dirigentes que han torcido el desarrollo de este deporte que es el más lindo del mundo, hayan hecho nulos méritos para ello.

No nos falles Selecta. Los aficionados que amamos la patria queremos estar en Norte América 2026. Cada seleccionado debe sentir en el alma y corazón el privilegio de representar a la azul y blanco. Cada seleccionado debe adquirir el compromiso de dar lo mejor de sí y nunca darse por vencido. Seleccionados den todo por amor a esa gente que henchida de orgullo grita a los vientos que es guanaca. A esa gente que luce los colores nacionales con ufanía y con sumo agradecimiento a Dios por habernos permitido nacer en este bellísimo país.

Mañana confiamos en un marcador favorable ante Guatemala y luego, el lunes, en una victoria ante Surinam. Que no se les cruce la posibilidad de perder uno de estos dos juegos porque las derrotas están prohibidas. Recuerden qué si al Mundial 2026 no vamos, después será demasiado difícil.  Casi imposible. ¡Vamos Selecta! es ahora o nunca.

 

*Jaime Ulises Marinero es periodista