La educación es la crianza, enseñanza y la instrucción de normas científicas, que se procura a alguien por medio de la acción docente, lo que incluye la cortesía y la urbanidad.

Lo que lleva a la participación de tres grupos. A los alumnos que reciben una enseñanza y formación de manera gradual y progresiva en distintos niveles de enseñanza.

En segundo plano, al cuerpo docente, personal calificado y con vocación, que facilita y transmite los conocimientos cognoscitivos para el desarrollo de niños y jóvenes.

Y el tercer grupo, son los padres de familia, quienes deben de apoyar y reforzar el aprendizaje de estos conocimientos y robustecer los fundamentos de urbanidad y cortesía, que todos debemos de poseer y  aplicar.

Recientemente se han manifestado posiciones encontradas por el nombramiento de una nueva Ministra de Educación. Quien posee formación militar y ostenta el grado de Capitán, al mismo tiempo formación en salud con un grado de Doctora.

Los nombramientos ministeriales, son políticos, de decisión única del Presidente de la República, y al ser nombramientos de este tipo, pueden estar influenciados por una afiliación política o por algún grado de confianza, pero al final solo es determinado por una voluntad política.

El Artículo 160 de la Constitución, solo establece cinco requisitos para ser Ministro o Viceministro de Estado: mayor de veinticinco años de edad, del Estado seglar, de moralidad e instrucción notoria, estar en el ejercicio de los derechos de ciudadano y haberlo estado en los seis años anteriores a su nombramiento.

La Capitán y Doctora  Karla Edith Trigueros, cumple con los requisitos constitucionales y posee la confianza del Presidente, así su nombramiento, desde el 15 de agosto de 2025, como Ministra de Educación.

Algunas voces han manifestado que se esta militarizando la educación en el país. Analicemos al respecto, conforme a la Ley de Presupuesto de 2025, el Ministerio de Educación, posee personal de Gobierno: 3; personal ejecutivo: 98; personal técnico: 1,066; personal docente, 43,718; personal administrativo: 1,235; personal de obra: 11 y personal de servicio: 382. Haciendo un total de: 46,513 plazas en el Ministerio de Educación.

O sea que la Ministra representa solo el 0.0021% de las plazas del Ministerio de Educación. Si bien es la imagen de la institución, su cargo está supeditado a un marco legal y en especial a los objetivos establecidos para el presente año fiscal, conforme a la Ley de Presupuesto.

Son seis los objetivos establecidos que involucran desde: la infraestructura de los centros educativos; facilitar el acceso a la educación de calidad y potenciar el desarrollo de alumnos; la incorporación de herramientas tecnológicas al nuevo modelo pedagógico; fortalecer las competencias de la planta docente; implementar la transformación curricular a un enfoque de competencias, y proveer a los estudiantes de un refrigerio escolar.

Los objetivos planteados son ambiciosos, y si de algo los militares nos podemos sentir satisfechos, es hacer el mayor esfuerzo para el logro de los metas establecidas, aun a costa de nuestra vida, con disciplina, honor, lealtad y subordinación.

Las voces que manifiestan la implementación de la disciplina militar o la militarización de las escuelas públicas, demuestran su desconocimiento o malicia de lo que esto significa. La disciplina militar es la fiel observancia de las leyes y reglamentos militares, que solo aplican a aquella persona que se encuentra de Alta y están sometidos a la jurisdicción militar.

Y la militarización es pasar de una condición civil a estar sometido a la jurisdicción militar, si bien esta es posible para el servicio público, solo puede darse en casos de emergencia nacional y mientras dure esta. Pero la presencia de un militar en una Cartera u Organismo del Estado, como los hay muchos, no significa la militarización de esta estructura.

Por otro lado, en relación a los alumnos, los Convenios de Ginebra [de los cuales somos parte] prohíben el reclutamiento a menores de edad para el servicio militar y aún en casos de necesidad o conflicto y esto debe respetarse.

No hay que confundir disciplina con la urbanidad. Si bien en el ámbito militar existe la cortesía militar; el comedimiento, la atención y el buen modo debe de existir tanto de los alumnos, padres de familia, así como del personal en el ámbito educativo.

Un par de instrucciones por parte de la señora Ministra han venido a crear una efervescencia sin sentido. Y claro, las generaciones actuales de padres de familia no conocieron el Manual de Urbanidad de Manuel Antonio Carreño, o el libro Moral, Urbanidad y Cívica, del Lic. Jorge Alberto Luna. Como tampoco se recuerdan a los maestros Normalistas quienes impartían estas enseñanzas.

No comamos ansias, la señora Capitán y Doctora Karla Edith Trigueros, merece al menos el beneficio de la duda. Y quince días es muy poco para sentar posición. La historia registrará su actuación, quien quita y se vuelva estadista. Nunca se sabe de dónde salta la liebre.

*Hugo Ernesto Fonseca A. es militar y abogado