Las tropas israelíes han derrotado, en un sentido general, a Hamás. Parece que eso está claro. El problema es que la guerra contra Hamás se convirtió en el exterminio contra los palestinos de Gaza. Ese es el error estratégico que Netanyahu y sus cancerberos han cometido adrede para culminar su proceso de dominio total del territorio de Gaza (y piensan que también del resto de Palestina). Así como Netanyahu y sus acólitos extremistas no son la totalidad de Israel, Hamás tampoco es la totalidad de los palestinos ni de Gaza.
Haber homologado palestinos = combatientes de Hamás es una simplificación que está poniendo en problemas al gobierno israelí. Porque no solo es mentira, sino que no hay evidencias contundentes que respalden esto.
¿Tuvo apoyo mayoritario Hamás en Gaza? Sí, pero ya no lo tiene. El suplicio que está pagando la población palestina de Gaza lo ha borrado. La acción terrorista de Hamás del 7 de octubre de 2023 contra Israel ha sellado su derrota de forma indubitable.
Sin embargo, la impresionante reciente manifestación en Tel Aviv demandando al gobierno israelí para que garantice la vida de los rehenes que están en poder de Hamás, constituye un punto de quiebre en el cuadro de situación, porque es por dentro donde al parecer que se puede sofrenar la ferocidad de estos señores sedientos de sangre. Y esto podría llevar a decir la siguiente expresión en latín: Intus poma putrescunt.
La ciudadanía israelí también está cansada de esta paranoia guerrera que podría poner en serio peligro la convivencia en Israel, sino es que ya está en riesgo. Su medallón de ‘país feliz’ podría estarse derritiendo.
A medida que se van recogiendo los datos de lo que ha ocurrido, y no solo en el terreno material, que ha sido terrible: han llevado a la edad de piedra a los habitantes de Gaza. Lo que es una brutalidad inaceptable. Pero, digamos, que lo material puede reconstruirse, de cualquier modo, las edificaciones pueden erigirse en un mediano o largo plazo.
Los datos que al día de hoy se tienen en cuanto a la cantidad de niños asesinados y heridos ronda los 50 000 y los huérfanos de padre y madre andan por los17 000 niños en esa condición, y esto además de los que se encuentran desamparados de una u otra forma en diferentes puntos de los alrededores de Gaza. Todo esto es dantesco.
Que el mundo entero siga observando con espantosa pasividad esta iniquidad es en realidad una vergüenza.
Netanyahu y su cohorte de enfebrecidos señores de la guerra se han pasado todas las líneas rojas. El eslogan de que todos los que están en Gaza son combatientes de Hamás es insostenible.
¿Quién velará por estos miles de niñas y niños que han quedado en orfandad? ¿Dónde vivirán? ¿Cómo se educarán? ¿Los dejarán ahí nomás tirados a su suerte? ¿Cómo reconstruirán sus vidas estas criaturas? ¿Y sus recuerdos? ¿Y su vida anímica? ¿Y sus múltiples traumas?
Netanyahu está embarrado hasta las narices en esto y también sus patrocinadores.
Si se compara con la bestialidad de los nazis que asesinaron a 1,500,000 niños durante la segunda guerra mundial (de los que un millón eran judíos), pues podría decirse, de forma banal, que está lejos de eso el ejército israelí. Pero no, porque los nazis hicieron eso en toda Europa, y los halcones israelíes están materializando su obra en un ínfimo territorio de 365 kilómetros cuadrados, que es lo que mide la Franja de Gaza.
El ejército israelí ha vencido a Hamás y quien diga lo contrario no está leyendo bien los datos duros que están ahí frente a las narices. Pero esa victoria es pírrica si se considera el daño irreparable que ha causado a las familias palestinas asentadas en Gaza, y donde los niños supervivientes están condenados de por vida a padecer todas clase de secuelas físicas y psíquicas por esta guerra contra Hamás que ya terminó y que el gobierno israelí sigue vendiendo como el ‘falta un poco más’. Y no, eso ya terminó. Esos extraños israelíes, nietos y bisnietos de los judíos aniquilados por los nazis, han vencido a Hamás y han apabullado a la población palestina de Gaza. ¿Qué más quieren? ¿Tragarse esos territorios? ¿Irán por los otros palestinos de Cisjordania también frente a la mirada impasible de las grandes potencias?
El vencedor está enloquecido por su exitosa campaña y ahora se apresta a expulsar a los palestinos de Gaza, y así lo ha expresado con toda claridad sin importar ninguna consideración de ningún tipo. Pero el vencedor se equivoca. Derrotó a Hamás, sí, pero no a la inmensa población palestina que está en Gaza, en Cisjordania, en Egipto, en Jordania, en Líbano, en Siria, en las ‘ciudades mixtas’ dentro de Israel.
*Jaime Barba. REGIÓN Centro de Investigaciones