Un Sistema Nacional Autónomo de Hospitales es un modelo de organización del sector salud en el que existe una red nacional de hospitales públicos gestionada por un ente autónomo con personaría jurídica y presupuesto propio, financiado independientemente.

Esta recién pasada semana, nuestra asamblea legislativa recibió correspondencia originada en el Ministerio de Salud, a iniciativa del presidente de la república, con una iniciativa de ley al proyecto de Decreto Legislativo que contiene Ley de Creación de la Red Nacional de Hospitales que tiene por objeto crear la Red Nacional de Hospitales, como entidad de Derecho Público descentralizada, con autonomía en la administración de su patrimonio y en el ejercicio de sus funciones. Según hace entrever el documento, la propuesta de ley ha sido diseñada y elaborada por la oficina de la presidencia y remitido al ministro de salud para que gestione su aprobación por la asamblea legislativa.

¿Cuál es la implicación de la creación de esta red autónoma de hospitales?

Crear una red nacional autónoma de hospitales implica transformar profundamente la manera en que un país organiza y administra su atención hospitalaria. Supone centralizar la red en una sola institución pública con autonomía, pero con presencia en todo el territorio. En el caso de El Salvador, aunque en el papel la institución se presenta como un ente autónomo, existen elementos que limitan esa autonomía.

Al revisar el documento, se observa que la entidad estará dirigida por una junta directiva que, si bien se plantea como independiente, en la práctica queda fuertemente vinculada al Ejecutivo: tanto su presidente como su director son nombrados directamente por el presidente de la República, y además el ministro de Salud forma parte de dicha junta. Esto significa que el 60% de sus integrantes (3 de 5) estarán bajo la influencia directa de la Presidencia, lo que reduce sustancialmente la autonomía institucional que se pretende establecer.

A nivel mundial existen diversos países que organizan sus sistemas hospitalarios bajo este modelo, aunque en la mayoría de los casos se trata de redes centralizadas y no de instituciones autónomas. En América Latina, sin embargo, destaca un ejemplo singular: Costa Rica. La Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) constituye un modelo nacional y autónomo que ha logrado asegurar la cobertura universal. No obstante, enfrenta también desafíos importantes, como las listas de espera, la sostenibilidad financiera y la rigidez burocrática.

¿Qué ventajas ofrece la creación de este modelo de organización?

Entre las ventajas más comunes que presenta este modelo frente a otros sistemas de organización se encuentra una mayor eficiencia operativa. La autonomía permite a los hospitales tomar decisiones con mayor rapidez en aspectos clave como la gestión de recursos, la contratación de personal y la adquisición de equipos. Asimismo, facilita la adaptación a las necesidades específicas de las distintas regiones geográficas cubiertas.

Los hospitales autónomos también tienen la capacidad de implementar innovaciones y adoptar nuevas tecnologías con mayor agilidad, lo que contribuye a mejorar la calidad de los servicios. A ello se suma una mayor flexibilidad financiera, ya que pueden generar ingresos propios —por ejemplo, mediante la prestación de servicios privados o a través de asociaciones estratégicas—, lo que reduce su dependencia de presupuestos estatales rígidos.

¿Qué desventajas presenta la creación de este modelo de organización?

Pese a sus beneficios, la implementación de un sistema nacional autónomo de hospitales también conlleva una serie de desafíos. Uno de los principales es el riesgo de generar estructuras administrativas demasiado complejas, que pueden derivar en burocracia excesiva y lentitud en la toma de decisiones.

Otro punto crítico es la sostenibilidad financiera: en contextos de alta informalidad laboral o bajos niveles de recaudación, la dependencia de aportes tripartitos o de ingresos propios puede resultar insuficiente para cubrir los crecientes costos hospitalarios.

Asimismo, la concentración de la red en una sola entidad puede dar lugar a un monopolio estatal, lo que reduce la presión competitiva para mejorar eficiencia y calidad. A esto se suma la posibilidad de injerencia política indirecta en la designación de autoridades o en las decisiones estratégicas, aun cuando el sistema se presente como autónomo.

Finalmente, al tratarse de la única red hospitalaria nacional, el exceso de demanda puede generar listas de espera prolongadas y dificultades en el acceso oportuno a servicios especializados.