Desde la criminología, la educación se considera una de las herramientas más poderosas para la prevención del delito. Y no solo la educación en su sentido más básico, sino aquella que es accesible, de calidad y que, sobre todo, empodera. Por eso, la noticia de la inauguración del Proyecto STEAM para las mujeres en la ciencia y el arte, una iniciativa de la Dirección Nacional de Educación Superior-DNES con el apoyo y en conjunto con la Universidad Salvadoreña Alberto Masferrer-USAM, no es un evento meramente académico: es un acto de seguridad ciudadana en sí mismo.

En un país como El Salvador, donde la violencia —especialmente la que afecta a niñas y mujeres— ha sido un flagelo constante e histórico, es fácil caer en la trampa de pensar que la única solución es el combate frontal contra el delito o las leyes en sí mismas. Sin embargo, la evidencia criminológica demuestra que las estrategias más efectivas son aquellas que abordan las causas estructurales del problema. La falta de oportunidades, la exclusión social y la desigualdad de género son, en muchos casos, factores precursores para la criminalidad y la victimización.

Aquí es donde iniciativas como STEAM (ciencia, tecnología, ingeniería, arte y matemáticas) adquieren un valor incalculable. Al empoderar a más de dos mil bachilleres con habilidades en estas áreas, no solo se les está abriendo la puerta a futuros profesionales exitosos, sino que se les está ofreciendo una alternativa sólida y esperanzadora a entornos de riesgo. Una joven con un proyecto de programación, con una idea de diseño industrial o con la pasión por la investigación científica, tiene menos probabilidades de ser absorbida por dinámicas violentas o ser víctima de una cultura machista. 

Este proyecto va al corazón de la prevención social. En lugar de esperar a que el delito ocurra para reaccionar, se invierte en el potencial humano desde la base. Se rompen estereotipos de género que históricamente han limitado a las mujeres a ciertas carreras, estigmatizando profesiones y se les equipa con herramientas para ser agentes de cambio y liderar. Se les enseña a pensar de forma crítica, a resolver problemas complejos y a colaborar. Estas son habilidades que no solo se aplican en un laboratorio o una oficina de ingeniería; son habilidades fundamentales para construir una sociedad más pacífica y equitativa.

La Dirección Nacional de Educación Superior que lidera el doctor Christian Aparicio ha sido fundamental en este esfuerzo de transformación de la educación superior, en su discurso en el evento del pasado fin de semana felicitó, animo, motivo, entusiasmo a las estudiantes a continuar en una carrera universitaria en las áreas STEAM, pero que además los esfuerzos de la DNES conectan a más de 7,000 estudiantes generando una amplia red de oportunidades y apoyo, convencido que se abren grandes oportunidades para que mujeres salvadoreñas se dediquen en breve a la investigación científica. Un gran trabajo del doctor y su gran equipo de trabajo. 

Por su parte, la USAM, universidad acreditada, demuestra su alta responsabilidad social y su compromiso por continuarformando generaciones que transformen el país y ofrece todos los recursos, experiencia, amplias y modernas instalaciones,laboratorios de primer nivel, conocimientos, un plantel de docentes especializados para que sean profesionales ganadoras e integrales, agentes de cambio y bendición a nuestra Nación y al mundo por medio de sus amplios convenios, donde una mujer, la doctora Daysi Carolina de Gómez es la rectora

La seguridad de una nación no se mide solo por la ausencia de criminalidad, sino por la presencia de oportunidades. Cada mujer que se desarrolla en una carrera STEAM es un paso más hacia un El Salvador donde la inteligencia, la innovación y el talento, y no la violencia, sean los verdaderos pilares de nuestro progreso. La inauguración de este proyecto es una señal alentadora, un recordatorio de que la batalla por un país más seguro se libra también en las aulas y en la mente de las jóvenes. Es una inversión inteligente y una apuesta decidida por el futuro. El pensamiento pedagógico de Alberto Masferrer promovió una educación integral, conectada con las realidades y necesidades de la sociedad, promoviendo valores como la justicia social y la equidad, solidaridad, como una herramienta poderosa para el desarrollo humano y transformación social. El desafío STEAM es una excelente oportunidad para lograrlo. 

  • Ricardo Sosa es doctor y Msc. en Criminología  @jricardosa