En el marco del Día Mundial para la Prevención del Suicidio, el Departamento de Periodismo de la Universidad de El Salvador (UES) y la Fundación Vida por Vida organizaron este martes un conversatorio para visibilizar la problemática y promover el reconocimiento de señales de alerta que pueden salvar vidas.

El presidente de la Fundación Viva por Vida, Alexander Sifontes expresó que el principal reto para enfrentar esta problemática es reconocer y aceptar los pensamientos suicidas como un síntoma que debe ser atendido y no ser ignorado.

"El primer desafío es tener conciencia, si no existe una conciencia al respecto y aunque hayan conatos de suicidio o llamados de auxilio la gente lo toma como ‘este que no puede luchar solo`y no existe una conciencia de simpatía porque cuando hay un suicida al menos 150 personas que son afectadas a su alrededor", manifestó Sifontes.

El presidente de la fundación señaló que, aunque en El Salvador no existen datos oficiales actualizados, se estima un promedio de 700 suicidios ocurren al año. Mientras que a nivel mundial, se estima que una persona muere por esta causa cada 40 segundos, según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

En ese sentido, hizo un llamado a las autoridades gubernamentales a mejorar los mecanismos de registro y a fortalecer el trabajo interinstitucional en el cuidado de la salud mental, ya que tiene una mayor incidencia a que la persona tome la decisión de atentar contra su vida.

Estudiantes de la UES participaron en el conversatorio para la prevención del suicidio. Foto Alexander Montes

Asimismo, la coordinadora de la Unidad Psicosocial de Cruz Roja Salvadoreña, Tania Montes detalló que expresiones verbales sobre el deseo de morir, aislamiento social y cambios en la conducta de la persona son algunas de las señales de alerta comunes en casos de suicidios, por lo que sostiene que es importante identificarlas a tiempo y que exista un acompañamiento profesional y familiar.

“Una persona que habla o bromea sobre querer morir es una señal de alerta, es una forma que nosotros tenemos de prestar atención de lo que vemos en el momento, entonces una persona que bromea o habla de querer morir es una señal de alerta, no es porque quiere llamar la atención”, explicó.

La especialista aseguró que como Cruz Roja realizan un acompañamiento psicosocial a las personas que lo necesiten, con el fin de evaluar el tipo de asistencia emocional que requiera.

Por otra parte, el psiquiatra Francisco Araniva, señaló que los trastornos depresivos y de ansiedad son los principales factores de riesgo para que ocurra un acto suicida y que la población con mayores casos son los hombres jóvenes de 18 a 35 años y adolescentes.

Los ponentes coincidieron en que es urgente visibilizar el tema y combatir los estigmas sociales que rodean la salud mental. Además, instaron a las autoridades a incorporar la prevención del suicidio en las políticas públicas del país.