Las facetas más sensibles de la vida privada de Vladimir Putin y cómo estas se entrelazan con la historia política de Rusia han sido reveladas en el nuevo libro The Tsar In Propria Persona, escrito por los periodistas de investigación Roman Badanin y Mikhail Rubin.
La obra, cuyo título en latín significa “El zar en persona”, contrasta la imagen oficial del presidente ruso como defensor de los valores tradicionales con la realidad de su intimidad, marcada por infidelidades, nepotismo y conexiones con el crimen organizado.
“La vida privada de Putin, para decirlo simplemente, es mucho más importante que su vida pública”, señaló Badanin en entrevista con el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ).
El libro, disponible por ahora solo en ruso, es fruto de años de trabajo en Proekt, medio de investigación independiente que desde 2018 ha desafiado los límites impuestos por el Kremlin. Los autores lograron penetrar en el círculo íntimo de Putin, recopilando testimonios, documentos y archivos que hasta ahora habían permanecido ocultos.
Entre las revelaciones destaca la influencia de Leonid Usvyatsov, un entrenador de judo y criminal que marcó la juventud de Putin en Leningrado, inculcándole el “apetito por el riesgo” y el uso de la fuerza. También se documenta su vínculo con el club nocturno Luna, en San Petersburgo, donde Putin se reunía con figuras de la mafia bajo la protección de Roman Tsepov, un conocido jefe criminal.
El texto ofrece además un retrato íntimo de su matrimonio con Lyudmila Putina, deteriorado en la década de 1990, según las memorias de Irena Pietsch, amiga cercana de la exprimera dama. Allí se describe la vida lujosa y los engaños que provocaron dolor y humillaciones constantes.
En el terreno político, The Tsar In Propria Persona expone la participación de Putin en la caída del fiscal general Yuri Skuratov en 1999, tras un escándalo sexual televisado que sirvió para proteger a la familia Yeltsin y asegurar el ascenso del exagente de la KGB al poder.
Badanin y Rubin también documentan cómo la Iglesia Ortodoxa rusa fue instrumentalizada como herramienta política, el control progresivo del Kremlin sobre los medios independientes y los beneficios obtenidos por familiares y amigos cercanos de Putin en su consolidación como líder.
Los autores, hoy exiliados en Estados Unidos tras ser perseguidos en Rusia, admiten el costo personal de sus investigaciones:
“En un sentido amplio, este libro nos costó la patria. El gobierno ruso nos persiguió por indagar en Putin, sus amigos y sus malas acciones”, afirmó Badanin.