Las autoridades de inmigración de Estados Unidos detuvieron a 457 trabajadores, más de 300 ciudadanos surcoreanos, en unas instalaciones de Hyundai Motor en Georgia como parte de una investigación sobre prácticas laborales ilegales.

En concreto, la medida afecta a 475 personas, informó ‘NBC’ y ha paralizado la construcción de una fábrica cercana de Hyundai en conjunto con LG Energy Solution que fabricará baterías para vehículos eléctricos.

La orden de registro fue ejecutada por agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos y forma parte de una investigación criminal en curso sobre denuncias de prácticas ilegales de empleo y otros delitos federales graves.

El portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores de Corea del Sur, Lee Jaewoong, rechazó la redada y señaló que los trabajadores detenidos eran parte de una "red de subcontratistas" y que eran empleados para varias empresas diferentes en el país. "Las actividades económicas de las empresas de inversión coreanas y los derechos e intereses de los ciudadanos coreanos no deben ser infringidos injustamente durante las operaciones de aplicación de la ley de Estados Unidos", criticó.

La compañía automovilística confirmó la operación policial en sus instalaciones, sin embargo, ha negado que haya detenidos que trabajen "directamente" para Hyundai, al tiempo que ha defendido su compromiso con el cumplimiento de "todas las leyes y regulaciones en todos los mercados donde operamos". "Esperamos el mismo compromiso de todos nuestros socios, proveedores, contratistas y subcontratistas", reza el comunicado emitido por la empresa.

Hyundai ha designado a su director de fabricación en Norteamérica, Chris Susock, como responsable de la planta de Georgia y también encargado de realizar una investigación para analizar el cumplimiento de las normas en todos su proveedores. "Estamos revisando nuestros procesos para garantizar que todas las partes que trabajan en nuestros proyectos mantengan los mismos altos estándares de cumplimiento legal que nos exigimos", afirma la nota. "Hyundai tiene tolerancia cero para aquellos que no cumplen la ley", concluye.

Esta operación se enmarca en una serie de redadas por parte de agentes de inmigración en lugares de trabajo con el fin de cumplir la promesa del presidente estadounidense, Donald Trump, de emprender la mayor operación de deportación de la historia.

Aproximadamente un 5% de la fuerza laboral estadounidense está conformada por inmigrantes indocumentados y la creciente represión amenaza con destruir cientos de miles de millones de dólares de producción económica.

Más de 300 surcoreanos

El ministro de Exteriores de Corea del Sur, Cho Hyun, confirmó hoy que más de 300 de las 457 personas detenidas por las autoridades migratorias de Estados Unidos en una planta de Hyundai Motor en Georgia tienen nacionalidad surcoreana y se ha ofrecido a viajar él mismo a Estados Unidos para hablar del tema con la Administración de Donald Trump.

"Estamos muy preocupados y tenemos un gran sentido de la responsabilidad por el arresto de nuestros compatriotas", ha dicho Cho, que ha convocado una reunión de emergencia para examinar la operación emprendida por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos.

Según el ministro, el presidente, Lee Jae Myung, ha ordenado movilizar esfuerzos parada defender los intereses de las empresas y los ciudadanos de Corea del Sur. Seúl baraja ya enviar una misión oficial ‘in situ’ y, "si es necesario", Cho se ha ofrecido a ser él, "personalmente", quien encabece dicha delegación, informa la agencia Yonhap.