La Fiscalía Departamental de Tarija, en el sur de Bolivia, presentó este martes una acusación formal contra el expresidente Evo Morales (2006-2019) por el delito de trata agravada de personas, lo que marca un paso decisivo hacia el inicio de un juicio oral en su contra.

Sandra Gutiérrez, fiscal departamental de Tarija, explicó que se llegó a esta etapa tras realizar un “minucioso análisis” de los informes y pruebas recolectadas desde que se abrió la investigación penal a finales de septiembre del año pasado.

“Vamos a estar a la espera de lo que establece el procedimiento penal. Una vez que el juez analice todo esto, tendrá que pasarlo al tribunal correspondiente para que señale día y hora para que se lleve adelante el juicio oral”, declaró en conferencia de prensa.

La acusación está relacionada con una denuncia que involucra a Morales en una supuesta relación con una menor de edad con la que habría tenido un hijo en 2016, mientras ocupaba la presidencia del país. En octubre de 2024, la fiscal Gutiérrez emitió una orden de captura contra el exmandatario, la cual fue ratificada por un juzgado local.

El proceso judicial se intensificó este año cuando Morales fue declarado en rebeldía por un tribunal, luego de que no se presentara a dos audiencias alegando problemas de salud. La incomparecencia provocó que se activaran medidas judiciales para avanzar con el caso.

La situación ha generado fuertes tensiones políticas. Durante 2024, seguidores del exgobernante bloquearon carreteras para evitar su detención. Desde octubre del año pasado, Morales no ha salido del Trópico de Cochabamba, su bastión político y sindical, donde permanece resguardado por cientos de militantes y dirigentes aliados.

Este proceso penal representa uno de los mayores desafíos legales que ha enfrentado el exmandatario desde su salida del poder, y podría tener implicaciones significativas para el futuro político del líder cocalero.