El expresidente de Francia, Nicolas Sarkozy, ingresó este martes en la prisión parisina de La Santé para cumplir una condena de cinco años de cárcel por la financiación ilegal de su campaña presidencial de 2007, con fondos provenientes del régimen libio de Muamar Gadafi. Se convierte así en el primer exjefe de Estado francés y de la Unión Europea en ser encarcelado.

Sarkozy, de 69 años, llegó a las 9:39 a.m. (hora local) escoltado en un coche negro y seguido por una caravana de motociclistas y cámaras de televisión que transmitieron en directo su trayecto desde su domicilio en el distrito XVI de París hasta el centro penitenciario, ubicado en el distrito XIV. Su llegada generó expectación mediática y la presencia de simpatizantes que corearon “¡Bienvenido Sarkozy!” y “¿Carla, dónde estás?”, en alusión a su esposa, la cantante Carla Bruni.

Momentos antes de salir de su residencia, Sarkozy apareció de la mano de su esposa, acompañado por sus hijos y hermanos, rodeado de decenas de seguidores que lo aplaudieron mientras entonaban la Marsellesa, el himno nacional de Francia.

A través de sus redes sociales, el exmandatario aseguró: “No es un expresidente quien está siendo encarcelado esta mañana, sino un hombre inocente”.

Añadió que continuará denunciando lo que calificó como “un escándalo judicial” que ha enfrentado durante más de una década. “La verdad triunfará”, escribió, “pero el precio a pagar será devastador”.

La sentencia fue emitida el pasado 25 de septiembre, tras comprobarse su implicación en una “asociación de malhechores” que gestionó aportes económicos ilegales desde Libia para su campaña presidencial de 2007, con el aval de su círculo más cercano.

Sus abogados confirmaron que presentarán de forma inmediata una solicitud de puesta en libertad, argumentando que “una noche en prisión es demasiado”.

Christophe Ingrain, uno de sus defensores, dijo que el expresidente pasará entre tres semanas y un mes detenido antes de que el tribunal se pronuncie sobre su petición, lo que podría permitirle pasar la Navidad en casa y acudir en libertad al juicio de apelación previsto para marzo de 2026.

Durante su estancia en prisión, Sarkozy planea escribir sobre lo que considera una injusticia y su experiencia tras las rejas, según adelantó su equipo legal. Mientras tanto, Francia asimila el impacto político y simbólico de ver tras las rejas a quien lideró el país entre 2007 y 2012.