El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró el miércoles que su país ya se encuentra en una guerra comercial con China, luego de que el secretario del Tesoro, Scott Bessent, sugiriera una posible prórroga de la pausa arancelaria a productos chinos como parte de las negociaciones por el control de exportación de tierras raras.
“Bueno, ya estamos en una (guerra)”, afirmó Trump durante una entrevista con Bloomberg. El presidente defendió la política de aranceles como un mecanismo necesario para proteger la economía estadounidense: “Si no tuviéramos aranceles, quedaríamos expuestos como si no fuéramos nada”, dijo, recordando que están vigentes gravámenes del 100 % a importaciones chinas.
Las declaraciones del presidente estadounidense llegaron horas después de que Bessent planteara extender por más de tres meses la actual tregua comercial, si China accede a frenar su plan de imponer restricciones severas a la exportación de tierras raras, elementos esenciales para la industria tecnológica global.
“¿Es posible que podamos alargar el plazo a cambio? Quizás. Pero todo eso se negociará en las próximas semanas”, declaró el funcionario durante una conferencia de prensa en Washington.
En paralelo, el representante comercial de EE.UU., Jamieson Greer, indicó que las conversaciones bilaterales marchan positivamente, pero advirtió que el desenlace del conflicto dependerá de los próximos movimientos del gobierno chino. “No podemos permitir una situación en la que los chinos mantengan este régimen (…) y quieran tener poder de veto sobre las cadenas de suministro mundiales de alta tecnología”, subrayó en entrevista con CNBC.
La tensión escaló luego que Pekín anunciara una nueva serie de restricciones a la exportación de minerales críticos. En respuesta, Trump advirtió con imponer aranceles del 100 % a todas las importaciones chinas si el presidente Xi Jinping mantiene la medida.
Según datos de la Agencia Internacional de la Energía, China concentra el 60 % de la extracción global de tierras raras y más del 90 % del proceso de refinado. Por su parte, el Servicio Geológico de Estados Unidos estima que cerca del 70 % de las importaciones estadounidenses de estos elementos provienen del país asiático.
