El subsidio al gas licuado de petróleo (GLP) tiene el peor desempeño y menor eficiencia, reveló una investigación de la Fundación para el Desarrollo de Centroamérica (Fudecen), elaborada en alianza con el Centro para la Defensa del Consumidor (DCD) y la Asociación Popol Na.
El estudio examina las persistentes desigualdades socioeconómicas en la focalización de los subsidios a la energía eléctrica, gas propano, agua potable y transporte público, creados bajo la premisa de ayudar a las personas vulnerables y para los cuales los gobiernos asignan partidas millonarias.
Para medir la eficiencia, la investigación empleó el indicador de desempeño del sector público (PSP, por sus siglas en inglés), una ecuación que se integra de diferentes características como el número de personas beneficiadas con los subsidios, pobreza monetaria, desigualdad monetaria o desigualdad de recepción de cada subvención, gasto público y error de exclusión.
Una de las conclusiones del estudio es que la subvención al GLP tiene el peor desempeño. “No implica que los resultados de este subsidio sean malos para la población, sino que hay espacio para mejorar sus impactos en la sociedad salvadoreña”.
Personas con mayores ingresos son los beneficiarios
Según el análisis, que retoma datos de 2017 a 2023, la mayoría de receptores de la subvención al GLP se encuentran en el octavo decil de ingreso familiar, luego en el noveno y el séptimo decil.
El término decil se refiere principalmente a los sectores socioeconómicos de la población. Esta metodología divide a la población en 10 partes iguales a partir de sus ingresos, y mayor posición, mayor ingreso.
Por lo tanto, el estudio encontró que son las “personas con ingresos altos los que han estado recibiendo este subsidio”, señala el reporte.
El subsidio a la energía eléctrica se encuentra en una “situación muy similar”, ya que el octavo decil tiene más personas receptoras de la subvención, seguido del séptimo y el noveno. La investigación hace énfasis que esta protección se otorga a hogares con el servicio, por lo cual crea una barrera con las familias pobres que no tienen conexión o depende de otras fuentes de energía.
De igual manera, el análisis del subsidio al agua encontró que la mayor cantidad de beneficiarios se encuentra en el noveno y el octavo decil, mientras que los menores receptores son el segundo y el primer decil.
El estudio puntualiza que en el subsidio al transporte público es difícil controlar la población beneficiaria por la metodología de transferencia, directamente a los empresarios. Para este caso, se revisó la Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples (EHPM), que incorpora el uso de transporte público.
Según el documento, los deciles 10, 9 y 8 son los mayores beneficiarios, pero afirma que “todas las personas reciben el subsidio de manera directa como descuento a la tarifa del transporte público”.
¿Qué tan eficientes son?
A partir de la ecuación del PSP, el estudio revisó el desempeño y la eficiencia de cada subsidio entre 2018 y 2023.
Del cuatro grupo de subsidios, solo energía eléctrica tuvo un promedio por arriba de un punto, de 1.19 promedio en los cinco años de análisis, frente al 0.88 de GLP, 0.99 de agua y 0.93 de transporte.
A partir de estos resultados, el estudio puntualiza que el subsidio al agua es el “más eficiente”, a pesar de que tuvo el menor nivel de gasto público, con un promedio de $4.81 millones que representan apenas 0.017 % del producto interno bruto (PIB).
Gasto promedio anual entre 2018 y 2023
Agua: $4.91 millones, un 0.017 % del PIB
Transporte público: $39.78 millones, un 0.14 % del PIB
Energía: $52.23 millones, un 0.18 del PIB
GLP: $97.27 millones, un 0.33 % del PIB