El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este viernes que el Gobierno posee y controla el 10 % de Intel, una de las mayores fabricantes de chips y semiconductores del mundo. Según el mandatario, las acciones están valoradas en 11.000 millones de dólares y fueron obtenidas “sin pagar nada”.

Trump explicó en su red social Truth que negoció el acuerdo con el director ejecutivo de Intel, Lip-Bu Tan, y aseguró que la compañía tiene un “futuro aún más prometedor”.

La operación representa una de las intervenciones gubernamentales más grandes en EE.UU. desde el rescate automotriz de 2008, según analistas. Para el secretario del Tesoro, Scott Bessent, el objetivo es “estabilizar la producción de chips en Estados Unidos”.

En cambio, el secretario de Comercio, Howard Lutnick, afirmó que la decisión busca garantizar un retorno de las subvenciones otorgadas bajo la Ley de Chips de 2022, aprobada con apoyo bipartidista durante el Gobierno de Joe Biden.

Intel, en crisis frente a sus rivales

Intel, pionera en semiconductores, ha quedado rezagada frente a competidores como TSMC, Samsung y Nvidia. Con la Ley de Chips, recibió 10.500 millones de dólares en subvenciones, de los cuales 2.200 millones ya habían sido entregados hasta enero, con el fin de recuperar la competitividad en la carrera tecnológica y militar.

En 2024, Intel reportó pérdidas de 18.800 millones de dólares, además de recortes de 15.000 empleos, y prevé despedir a 20.000 trabajadores más en 2025.

El Wall Street Journal (WSJ) criticó duramente la operación, calificándola de “nacionalización de facto” de Intel y advirtiendo que el “control político frena la innovación y la inversión”.

El periódico recordó que la administración Trump ya impuso condiciones a otras empresas, como la compra de U.S. Steel por Nippon Steel, donde el Gobierno se reservó un poder de veto sobre despidos, o la autorización a Nvidia y AMD para exportar chips a China a cambio de una comisión del 15 %.

El mandatario se reunió la semana pasada con el CEO de Intel, tras haber pedido su dimisión por supuestos conflictos de interés. Sin embargo, cambió de postura tras el encuentro y elogió la trayectoria de Tan, confirmando días después el acuerdo.

Ese mismo día, también se anunció una inversión de 2.000 millones de dólares de Softbank en Intel, lo que impulsó sus acciones un 7 % en Wall Street.