Rodrigo Paz Pereira, presidente electo de Bolivia, presentó este lunes las primeras medidas económicas que impulsará tras ganar la segunda vuelta electoral, enfocadas en descentralizar los recursos del Estado, liberar exportaciones y resolver la crisis de combustibles con apoyo internacional.

Paz, del Partido Demócrata Cristiano (PDC), anunció que implementará un nuevo modelo económico llamado “50/50”, que plantea redistribuir los fondos públicos entre el gobierno central, los municipios, gobernaciones y universidades públicas.

“Hoy el Estado central se queda con el 80 % de los recursos y manda el 20 % a más de 339 municipios, gobernaciones, universidades y entidades descentralizadas. Es una miseria (…) La estructura federal va a ser la solución del país”, expresó durante la campaña.

El mandatario electo también propone liberar las exportaciones, crear un nuevo marco tributario y fomentar el “capitalismo para todos”, que incluye un impuesto único menor al 10 %, créditos accesibles para productores y comerciantes, así como una drástica reducción de aranceles.

Una de sus prioridades es resolver la escasez de combustibles que afecta a Bolivia desde inicios de 2024. En su primera conferencia como presidente electo, Paz reveló que ha iniciado contactos con “países amigos” como Estados Unidos, Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay para garantizar el abastecimiento energético una vez asuma el cargo el próximo 8 de noviembre.

Respecto a la falta de dólares, planteó la creación de un fondo especial para estabilizar la divisa.

“El Banco Central tendrá un rol preponderante como vigilante y dejará de emitir moneda (…) La emisión de moneda nos está generando un golpe a la inflación”, afirmó Paz, en un contexto donde la inflación acumulada alcanza el 16.92 %.

Además, anunció que restablecerá las relaciones diplomáticas con Estados Unidos y buscará abrir un nuevo diálogo con Chile. También prometió transparencia en los acuerdos firmados por el gobierno saliente con Rusia y China sobre la explotación de litio.

Paz venció en la inédita segunda vuelta presidencial al exmandatario Jorge Tuto Quiroga, con el 54.61 % de los votos frente al 45.39 %, según datos preliminares del Tribunal Supremo Electoral con el 97.86 % del escrutinio procesado. Su victoria marca el fin de 18 años de hegemonía de izquierda en Bolivia, iniciada por Evo Morales en 2006 y continuada por el actual presidente saliente, Luis Arce.